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EL FRAUDE ENTRA A ESCENA. MANIOBRAS PARA DERROTAR A FUERZA SOCIAL

Por: Terca opinión

 

Pese a la millonaria campaña orquestada en su contra, Susana Villarán se impone ajustadamente a su adversaria, Lourdes Flores Nano, tras una dura jornada que está marcada por las maniobras de la alianza derechista para impugnar las mesas electorales donde gana la candidata de Fuerza Social.

De acuerdo a los datos de la ONPE al cien por ciento de las actas procesadas, Villarán se impuso con el 38.4% de los votos sobre su rival de PPC-UN, que alcanzaba el 37.5%, una diferencia muy estrecha. Sin embargo, el conteo solo alcanza al 73% de las actas procesadas, pues no se toma en cuenta las observadas, lo que demorará el pronunciamiento final unas dos semanas.

El organismo oficial entregó los resultados 48 horas después de concluido el proceso electoral y cuando numerosas voces denunciaban el fraude, debido a la inusual e inexplicable demora en la entrega de los resultados.

El anuncio fue hecho luego que el presidente Alan García, el hombre que a lo largo de la campaña electoral intervino a favor de sus preferidos, negó la posibilidad de fraude. "No hay fraude, en absoluto, y quien quiere deslizarlo está cometiendo barbaridades", afirmó, quien el domingo no tuvo reparos en expresar su respaldo a la candidata Lourdes Flores.

Pero de acuerdo al propio vocero del PPC-UN, José Luis Rodríguez, fueron los miembros de la ONPE quienes observaron las actas, en un evidente afán de entorpecer el proceso de conteo de votos. Lourdes Flores reconoció luego que están en disputa millón y medio de votos, con un hálito de esperanza.

Lo real es que las maniobras para despojar de la victoria a Susana Villarán fueron visibles desde el momento que se anunciaran lo resultados, anuncio que fuera celebrado por una muchedumbre que vitoreó a la candidata de Fuerza Social, en la histórica Plaza San Martín.  

"El pueblo unido jamás será vencido", "Sí se pudo", "Acá está la democracia, acá está el pueblo" y "No al fraude", eran las consignas que coreaba la multitud enfervorizada, que portaba banderas peruanas y de Fuerza Social.

"Ahora que digan que somos minoría", tronó la multitud que saludó la victoria popular, mientras los cantos de algarabía se sucedían por parte de los presentes que aguantaron a pie firme durante varias horas para escuchar las palabras de victoria de Villarán.

En el otro lado, en el local de Alfonso Ugarte, Flores Nano dejaba cifrada todas sus esperanzas en los esfuerzos de sus personeros para darle vuelta a los resultados, con el apoyo del personal de la ONPE. "Todo parece que esta jornada va a ser más larga de la que imaginábamos", dijo a sus partidarios. Los hechos se encargarían de darle la razón.

"Somos un partido de una nariz larga y no dudamos que vamos a ganar", expresó, dejando traslucir su estrategia post elecciones, que buscaría darle el triunfo en base al cuestionamiento de las actas. De este modo quedan casi un 24 por ciento de actas por resolver, en una maniobra estratégicamente pensada.

Y es que las cifras de las encuestadoras y de la ONPE significaron un balde de agua fría para los simpatizantes de PPC-UN, que contaban con la ventaja de haber acreditado el mayor número de personeros en las distintas mesas de Lima Metropolitana. Pero además contaban con el apoyo de los miembros de la ONPE, que se dedicaron a sabotear el trabajo de los personeros de Fuerza Social.

Debido a esas circunstancias, el personero nacional de FS, Juan Manuel Velarde, presentó denuncia contra el organismo electoral ante la Misión de Observadores de la OEA. Entre las irregularidades denunciadas, se apuntaba que la ONPE se negó a entregar copias de las actas de escrutinio, no permitió la acreditación de personeros después del inicio de la votación, además de poner trabas al trabajo de verificación.

Pese a que los observadores de la OEA escucharon con preocupación la denuncia presentada por Velarde, indicaron que confiaban en las autoridades electorales para acreditar la calidad de los resultados. Una versión nada extraña por parte de quienes avalaron el triunfo electoral de Fujimori en las fraudulentas elecciones del 2000.

Fernando Tuesta, ex jefe de la ONPE, comentó que el retraso en la entrega de los resultados oficiales obedecería a las numerosas observaciones que se produjeron en las mesas, pero cuestionó la postergación de los resultados oficiales, porque incrementó la incertidumbre sobre el escrutinio. Si lo dice es por algo.

La actuación irregular de los miembros de la ONPE está signada por las preferencias políticas del gobierno central, pues es sabido que el presidente García expresó públicamente su respaldo a Flores Nano, al igual que el alcalde de Lima, Luis Castañeda.

Castañeda, quien fue acusado de activar por Flores Nano, dijo tras los resultados de las encuestas a boca de urna que los resultados todavía no estaban definidos y que había que esperar los oficiales, en abierta demostración de que le disgustaban esos resultados.

Al parecer los anuncios de una fiscalización de las cuentas del municipio lo tienen muy preocupado, porque esas cuentas no están bien saldadas como señalan los observadores.

De este modo estamos ante un escenario difícilmente previsible. Estamos seguros que la derecha se va a jugar todas sus cartas para variar los resultados en las mesas observadas. De ese modo, la guerra iniciada tras el crecimiento en las encuestas de Villarán, continuada con la presentación de las denuncias falsas y la entrega de volantes apócrifos, ingresa a una nueva etapa. Habrá que estar atentos para evitar sorpresas.

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